Cuando el calor es más sofocante, el más paciente de
los choferes ha mostrado su agobio por no encontrar aparcamiento. Incluso el
viandante que pasea por el malecón en épocas estivales, puede contemplar coches
de multitud de marcas, motores, cilindradas, etc, en los que se pueden
encontrar de alta gama, media y más antigua. Los amantes del motor dejan volar
su imaginación cuando ocasionalmente se fascinan de ver vehículos lujosos tales
como: algún porche, ferrari, corvette, etc; que suelen lucir la gente adinerada
que nos visita en verano.
Este artículo podría
ser el argumento perfecto para ser una de las respuestas más interesantes en la
partida de "trivial pursuite" del Archivo Histórico de Garrucha. Nuestra
intención es argumentarles una comparativa histórica de un bien mueble de primera necesidad que todo el mundo puede disfrutar hoy día, pero que,
en los albores del siglo 19, fue un elemento pionero en la sociedad garruchera, y que tuvo el honor de ser el primer coche matriculado en la historia
de la localidad.
Imagínense las siguientes preguntas:
·
¿Cuál fue el
primer matriculado en la historia de Garrucha?
·
¿Quién fue
el dueño y que relevancia social tenía en el municipio?
·
¿En su época
era una novedad de alta gama o era un coche sencillo de segunda mano?
·
¿Cuál era su
origen y nombre del fabricante?
Todas esas respuestas se
las vamos a desvelar, pero no sin antes situarnos en el contexto histórico en
el que se produjo tal acontecimiento.
El año 1909 estuvo marcado por una serie de
acontecimientos políticos que serían decisivos en los próximos años.
La Guerra de Melilla copaba los titulares de los
periódicos más importantes en la España de entonces. En Barcelona las revueltas
comenzaron a partir de una acción antimilitarista y pacifista para
transformarse en una huelga general; convocada para impedir el embarque de los
soldados hacía Marruecos desde la Ciudad Condal. Esa era la noticia más
destacada en los periódicos más importantes del país aquel año.
Varios meses antes, en
Garrucha, un asombroso acontecimiento se desvió hacia un hecho que dejaría a la
población bastante sorprendida. La mañana vespertina de un día apacible en el
mes de febrero, en el municipio nadie se hubiera imaginado la expectación que
generaría la agradable sorpresa que se les aguardaba en el malecón.
Nada hubiera sido relevante de
mencionar si no hubiera sido por una circunstancia extraordinaria que pudiera cambiar
la habitual rutina presencial de viandantes, arrieros y personas que
trasportaban mercancías a lomos sus de bestias; como sucedía prácticamente a
diario en la fuente, en las cercanías de la playa y aledaños del Pósito.
Cuando el sol
dejaba lucir con agrado, la gente se aprovechaba para gozar de apacibles
momentos de compañía y discernimiento. Cierto día, el ambiente se tornó en un elemento
sorpresivo y surgió un hecho novedoso que cambió la rutina y la quietud
acostumbrada de aquellos días. El sosiego y la charla habitual, se convirtieron
el escenario de una agradable expectación; cuando de repente apareció aquel
flamante y magnifico coche.
“Piensen la impresión y la expectación que generaría
ver en el malecón un coche de esa categoría, con el añadido de que el
propietario, era precisamente un ilustre vecino del pueblo”
Cuando el dueño hizo
su entrada a bordo de aquel artefacto, se asombró la gente, y los chiquillos
siguieron alborozados su trayectoria hasta detenerse justo en frente de la
puerta del Pósito. Al ponerlo de nuevo en marcha el auto soltó unos sonoros "pitonazos" que causaron la atención del público, fijando las miradas, y posiblemente, manteniéndose a una distancia prudencial.
Entre las empresas
automovilísticas francesas más antiguas, la Cottereau puede enorgullecerse de
sus orígenes anteriores a 1900, ya que construyó su primer automóvil en 1898.
Fue presentado con carrocería tonneau de 4 plazas y motor de 5 CV5, de 2
cilindros en V, e inició la serie de los Voiturine, denominados así para evitar
roces con Léon Bollée que en aquellos tiempos reivindicaba la exclusiva del
nombre Voiturette.
La verdadera novedad este modelo fue el motor de 3
cilindros adoptado para equipar el 10/12 HP (85 x 105 mm). Este motor tuvo un
éxito notable, ya que muchos constructores, sobre todo británicos, ensalzaban
sus maravillosas cualidades.
Nada más y nada menos que un Cottereau, el coche de moda a
principios del siglo 1909.
Referencias
del automóvil: Club de automóviles antiguos de Almería.


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